
¿Quién Cura?
Por experiencia personal y profesional sé que cuando aprendemos a estar bien, cuando entendemos lo que necesitamos para equilibrarnos y cuando hemos experimentado un estado de armonía interna, nuestro ser se vuelve más fuerte: bajan nuestros niveles de cortisol y el sistema inmunológico cobra vitalidad. También tomamos conciencia de nuestras emociones sin dejar que ellas nos controlen, y tenemos más claridad y más capacidad de concentración para recuperar los recursos necesarios y para enfrentar cualquier circunstancia que nos toque vivir: un cambio en nuestra esfera individual o social, una enfermedad, un duelo.
La verdadera potencialidad de cura está en tí, por lo tanto serás tu sanadora y la protagonista de tu propio camino.
Yo soy espejo para comprender tu malestar, nombrar tus dolores, darle voz a tus emociones, ayudarte a tomar conciencia de tus limitaciones que muy a menudo son el fruto de tus creencias. Puedo guiarte para que veas por ti misma lo que intoxica tu cuerpo, tus emociones y tu mente, pero también puedo reflejar tu potencialidad de autosanación y hacer luz en los recursos que ya tienes a tu alcance o que puedas encontrar en tus circunstancias.
Cuando compartes tus objetivos con otra persona, eres más capaz de llevarlos a cabo sin tirar la toalla y sin tener que renunciar a ellos. No puedo curarte pero si puedo cuidarte: cuidar tu espacio y tu tiempo de la cura ofreciendo un acompañamiento personalizado y adaptado a tu condición y a tus circunstancias. El camino has de hacerlo tú, yo estaré a tu lado para guiarte cuando y de la forma que lo necesites.
Con una fuerte motivación, mucha capacidad de autobservación y con un acompañamiento adecuado sin demasiada inversión económica podemos instaurar hábitos saludables que nos hacen sentir bien y en armonía a corto, medio y largo plazo.
